El modelo de las 'tres líneas de defensa' es ampliamente reconocido en el mundo de la auditoría como un marco efectivo para la gestión de riesgos y control interno. Delimita los roles y responsabilidades de diferentes grupos dentro de una organización para garantizar un sistema robusto de controles y equilibrios.
El modelo se utiliza típicamente para gestionar varios tipos de riesgos, incluidos los riesgos operativos, financieros y de cumplimiento. Aquí tienes un breve resumen de las tres líneas de defensa a las que se refiere el modelo, y cómo se aplica el modelo a la gestión de riesgos de terceros (GRT).
Las tres líneas de defensa Primera línea de defensa - Dirección operativa
Responsabilidad: La primera línea de defensa es la dirección operativa y el personal responsable de ejecutar las actividades cotidianas y gestionar los riesgos inherentes a sus operaciones.
Rol: Identifican, evalúan y gestionan riesgos, implementan controles y aseguran el cumplimiento de políticas y procedimientos relevantes para sus áreas de responsabilidad.
Segunda línea de defensa - Funciones de gestión de riesgos y cumplimiento
Responsabilidad: La segunda línea de defensa incluye funciones de gestión de riesgos, cumplimiento y control que supervisan y respaldan la primera línea.
Rol: Desarrollan marcos de gestión de riesgos, políticas y procedimientos; brindan orientación y supervisión; supervisan el cumplimiento; e informan sobre exposiciones a riesgos y efectividad de los controles.
Tercera línea de defensa - Auditoría interna
Responsabilidad: La tercera línea es la función de auditoría interna, que opera de forma independiente de la primera y segunda línea de defensa.
Rol: Proporciona seguridad independiente sobre la efectividad de los procesos de gobernanza, gestión de riesgos y control interno; evalúa la adecuación y efectividad de las prácticas de gestión de riesgos; y recomienda mejoras.
Las tres líneas y la GRT Primera línea de defensa - Dirección operativa
Responsabilidad: La dirección operativa responsable de establecer y gestionar relaciones con terceros.
Rol en la GRT: Este equipo identifica y evalúa los riesgos de terceros, realiza diligencia debida, negocia contratos, establece expectativas de rendimiento, supervisa el rendimiento y gestiona las interacciones diarias con terceros.
Actividades clave: Establecer criterios claros para seleccionar y abordar terceros, definir roles y responsabilidades, supervisar el rendimiento y el cumplimiento de terceros, y gestionar problemas y escaladas.
Segunda línea de defensa - Funciones de gestión de riesgos y cumplimiento
Responsabilidad: Funciones de gestión de riesgos, cumplimiento y control que supervisan actividades de GRT.
Rol en la GRT: El equipo desarrolla marcos, políticas y procedimientos de GRT; brinda orientación y supervisión para garantizar consistencia y alineación con el apetito de riesgo organizacional y los requisitos regulatorios; y supervisa el cumplimiento con prácticas de GRT.
Actividades clave: Establecer metodologías de evaluación de riesgos, definir el apetito y niveles de tolerancia al riesgo, realizar evaluaciones periódicas de riesgos de relaciones con terceros y supervisar el cumplimiento con requisitos contractuales y regulatorios.
Tercera línea de defensa: Auditoría interna
Responsabilidad: La función de auditoría interna proporciona seguridad independiente sobre las prácticas de GRT.
Rol en la GRT: Este equipo evalúa la adecuación y efectividad del marco, políticas y prácticas de GRT de la organización; evalúa el cumplimiento con políticas internas, obligaciones contractuales y requisitos regulatorios; e identifica áreas de mejora.
Actividades clave: Realizar auditorías y revisiones independientes de procesos y controles de GRT, evaluar la efectividad de actividades de diligencia debida y monitoreo, y recomendar mejoras a las prácticas de GRT.
Un enfoque triple para construir resiliencia El modelo de las tres líneas de defensa puede aplicarse de manera efectiva a la GRT delineando roles y responsabilidades en toda la organización, lo que garantizará un enfoque integral y coordinado para identificar, evaluar, gestionar y monitorear los riesgos de terceros.
Al aprovechar las fortalezas y capacidades de cada línea de defensa, y fomentar la colaboración y comunicación entre los equipos e individuos responsables de ellas, las organizaciones pueden mejorar su capacidad para gestionar efectivamente los riesgos de terceros, mitigar posibles exposiciones y salvaguardar su reputación, estabilidad financiera y cumplimiento regulatorio.
Adoptar un enfoque estructurado e integrado para la GRT que esté alineado con los principios del modelo de las tres líneas de defensa puede ayudar a las organizaciones a construir resiliencia, mejorar la confianza de las partes interesadas y lograr un éxito sostenible en un entorno empresarial cada vez más complejo e interconectado.
Insights
El modelo de las tres líneas de defensa y la gestión de riesgos de terceros
El modelo de las 'tres líneas de defensa' es ampliamente reconocido en el mundo.
Comprendiendo el riesgo inherente y el riesgo residual
Conocer la diferencia entre el riesgo inherente y el riesgo residual es clave para los buenos procesos de gestión del riesgo.